
Hace mucho que no pongo algún postrecico, y mucho más que no pongo un postre más o menos sanote. En esta ocasión puede ser sanote o ser lo más gocho del mundo según lo que le añadamos jeje. Además es muy sencillo y a los peques les encanta. Probad la combinación de sabores y veréis como os sorprende (yo flipé con el contraste y ahora me como la piña con aceite de menta casi siempre).
Animaros a prepararlo y me contáis que tal está.

Ingredientes:
- Piña
- Menta Fresca
- Aceite de Oliva Virgen Extra
- Frambuesas (opcional)
- Helado (opcional). En mi caso era Helado de Vainilla con nueces de macadamia
Elaboración:
Pelar la piña y quitar todas las maderitas que hayan podido quedar. Cortar a láminas lo más finas posibles. En mi caso, corté la piña a lo largo en 4 trozos y laminé a lo ancho dichos trozos. Reservar.
Picar la menta muy pequeñita y mezclar con el aceite de oliva. Las medidas van un poco al gusto del consumidor. Reservar.
En un plato plano, disponer la piña de manera que quede ordenada y bonita. Regar con el aceite de oliva con menta y adornar con lo que se quiera. En este caso, lo adorné con unas frambuesas y con unas bolas de helado pero, sinceramente, no le hace ninguna falta.
Servir de inmediato y disfrutar.
