De esto que ves en tu frutería de referencia bulbos de hinojo y tienes que comprar uno si o si, aunque no sepas qué narices harás con él. Pues eso es lo que me pasó a mi. Jamás lo había utilizado y tampoco lo había probado nunca, pero tenía que comprarlo.
No me he atrevido a prepararlo en crudo porque varias personas me han comentado que es de sabor muy fuerte y que no a todo el mundo le gusta, así que esta vez va a la plancha pero en otra ocasión lo utilizaré en crudo a ver qué tal. Así nos ha gustado mucho, la verdad.
Hay que animarse a probar
Ingredientes:
Una naranja por persona
Lechuga al gusto (en mi caso lechuga de Batavia)
Un bulbo de hinojo
Una cuña de parmesano
Aceite de Oliva Virgen Extra
Mostaza Antigua
Sal
Preparación
Pelar las naranjas quitando toda la piel que las rodea. con un cuchillo sacar los gajos, evitando la piel que los recubre. Extraer el jugo que quedará en las naranjas estrujándolas con la mano y reservar en un cuenco.
Cortar el bulbo de hinojo (la parte blanca) a rodajas de medio centímetro de grosor, más o menos. Pasar por la plancha hasta que estén dorados. Reservar.
Cortar el tallo verde a rodajitas muy finas, así como los brotes verdes.
Limpiar bien la lechuga de Batavia y cortar a trocitos sus hojas. Cortar el parmesano a lascas.
Preparar una vinagreta con el zumo de naranja, aceite de oliva virgen extra y una cucharadita de mostaza antigua. Agregar un poco de sal al gusto.
En un plato, disponer una buena cama de la lechuga y poner encima las naranjas, las rodajas de hinojo y las lascas de parmesano. Regar con la vinagreta y añadir por encima los brotes y rodajitas del tallo del hinojo.
Servir de inmediato.